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Carta del Profesor Jaime Alvar 2017


                                   VIAJE AL PAÍS DE MELQART

    Queridos viajeros:

    Ya tenemos preparado el viaje para la Semana Santa de 2018. En esta ocasión hemos resistido todavía a los encantos de la vieja Europa, que nos espera para cuando seamos mayores. La decisión es recorrer Líbano. Un país lleno de encanto, con maravillosos restos arqueológicos. Visitaremos la tierra que recorrió Gilgamesh hacia el 2750 a.C. para conseguir madera de los cedros del Líbano, primero de los múltiples lugares que han obtenido la declaración de Patrimonio de la Humanidad en Líbano. Las Montañas del Líbano son interesantísimas desde el punto de vista etnocultural, pues ha servido de refugio histórico para las minorías perseguidas, desde los cristianos maronitas, a los chiitas, los drusos o los alauitas.

Más allá de esas resonancias míticas y de los conflictos etnoreligiosos, el viaje nos permitirá visitar las principales ciudades fenicias. Entre ellas, la milenaria Biblos, Patrimonio de la Humanidad, con su sorprendente templo de los obeliscos, con la que ya mercadeaban los egipcios en el III Milenio. Tiro, la metrópolis fundadora de Cádiz, ciudad hegemónica en la expansión ultramarina de los fenicios, que logró resistir el asedio de Nabucodonosor y donde Alejandro Magno tuvo que revolucionar la poliorcética para hacerse con ella. Sus ruinas de época romana son tan espectaculares que ha sido reconocida también como Patrimonio de la Humanidad.

Otra de las joyas del viaje es la ciudad de Baalbeck, Heliópolis, declarada asimismo Patrimonio de la Humanidad, con los imponentes templos de Júpiter Heliopolitano y de Baco. De época romana son también las inscripciones del Río del Perro, cuyo valor histórico cultural le ha valido igualmente la mención de Patrimonio de la Humanidad, al igual que la ciudad omeya de Aanjar. Visitaremos también el legado que los cruzados dejaron en el territorio, marcas del deseo de apropiarse de los Lugares Santos y que constituye uno de los ejes de las relaciones internacionales en el Mediterráneo medieval.

Este viaje fascinante se completa con los paseos por ciudades como Beirut o Trípoli, de cuyos años dorados no queda más que un tenue recuerdo consecuencia de la violencia del siglo que las ha aplastado. Y los museos, albergue ahora tranquilo de portentosas joyas artísticas.

Sin duda, es un proyecto atractivo que permanecerá en la memoria de todos aquellos que os queráis unir a él. No es difícil, desde el punto de vista de las visitas y tiene la comodidad adicional de que todas las visitas, a excepción de Byblos,  se hacen radialmente desde Beirut.

Espero que os resulte atractivo y que con la mejor predisposición acudáis raudos a nuestra llamada.

Jaime Alvar