Ya está decidido el destino y estamos haciendo la maleta… que no se me olviden los cargadores, la gorra, los calcetines… y no te digo nada de la batalla contra los mosquitos, porque vayas donde vayas, estos insectos tan molestos paracen adaptarse a casi todos los climas. ¿Me llevo un spray? ¿Una escopeta? ¿Una escafandra? 

El antimosquitos es un imprescindible, sin duda alguna. La cosa está en cuántos envases me llevo, naturales, extra fuertes, uno para el niño y otro para nosotros, una garrafa, una mosquitera… cualquier cosa para evitar ser su alimento.

Según el destino puede ser importante hacer una profilaxis con medicamentos, antes, durante y después del viaje. Estos medicamentos te los prescribe el médico de forma individualizada y necesitan receta médica. Así que no olvides hacer una visita médica unas semanas antes de tu viaje a tu médico de cabecera o a Sanidad Exterior, por si hay que añadir alguna otra prescripción o vacuna para proteger tu salud. Si viajas en épocas clave como Semana Santa o verano, haz las consultas con tiempo, porque hay vacunas que se desabastecen en las farmacias en estas fechas. ¡Que no te pille el toro! Viajero previsor, vale por dos. Cita previa pricha aqui.

Si vas a hacer un viaje por zonas de selva, humedales o sabana, es más probable que coincidas con estos insectos insistentes y algún otro. Tienes que saber que prefieren las piernas y los tobillos, pero no desdeñan otras suculentas partes de tu cuerpo y que prefieren alimentarse al caer la tarde, aunque no es matemático. Si vas a hacer una caminata, safari a pie o trekking por zonas húmedas no esperes a la noche para protegerte. A ser posible, lleva manga larga y pantalón largo, protege tus tobillos y lleva calzado cerrado. A ciertos insectos les llama la atención el color negro, procura llevar ropa clara, tonos verdes y marrones, intégrate en el entorno. 

Los sprays se echan en la mano y se extienden con la palma por la piel expuesta, incluso si quieres, puedes ampliar la protección echando spray en la ropa antes de ponértela, pero tampoco te vuelvas loco. Después de poner el antimosquitos lávate bien las manos, no vaya a ser que te lleves la mano a la boca o a los ojos y la liemos.

A la hora de dormir: si tienes ocasión, cierra las ventanas por la noche, pero si no hay ocasión o no hay ventanas, protégete con una mosquitera. En lugares en que es necesario, los alojamientos cuentan con mosquiteras, no te preocupes por eso. Asegúrate de que cubren bien y a descansar, que mañana es un día intenso e interesante de tu aventura.

¿Qué hacer si no has conseguido esquivar al maldito mosquito? Bueno, eso depende de cada caso, pero recuerda que si no eres alérgico en tu casa, tampoco lo eres en tu viaje. Si la picadura se inflama más de lo normal, puedes aplicar frío o echar mano de tu botiquín: alguna crema postpicadura o antihistamínica para el picor, que calman la desazón. Si la cosa se pone más fea o te encuentras mal ponlo en conocimiento de tu guía, sanitario o agente de viaje para que te ayude a resolver el problema, como cualquier otro inconveniente que pueda surgir durante tu experiencia. En el caso de viajar con niños, es mejor reponer la protección durante el día, tarde o noche, respetando siempre las horas de sueño, que la mosquitera hace ese trabajo por ti. 

No dejes que estos bichos interfieran en tu viaje, solo hay que tomar algunas precauciones como harías en verano en casa o poco más y…¡a disfrutar!

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