Marruecos se distingue por la variedad cultural bereber, árabe y europea. Podemos encontrar medinas medievales que te transportan por un laberinto de callejuelas hasta desembocar en plazas como la de Yamaa el Fna en Marrakesh, paradigma del bullicio y algarabía propios de los zocos.

Este destino repleto de embriagadores aromas de especias y colores de los mercados te invita a perderte por sus callejuelas, desembocando en alojamientos tan singulares como los riads o kasbas. Tienes la posibilidad de hospedarte en hoteles de lujo o en haimas en el desierto al sur, rodeados de arena fina y tierras intensamente rojizas. Un viaje a medida por este país del norte de África por el que te puedes mover en 4x4 para alcanzar los lugares más remotos es perfecto, más allá del Valle del Rift, desde el Sáhara al techo de Marruecos, Jebel Toubkal. Sin olvidar la ciudad de Fez y su medina amurallada, Essaouira, un pintoresco pueblo pesquero, las Cascadas de Ouzoud o una visita a una aldea tradicional bereber o amazigh, pueblo que se remonta a la prehistoria, imperturbable durante miles de años y que ha sabido conservar su lengua y su cultura.

Dejar atrás el caos de las medinas y avanzar rumbo al sur supone una promesa de paz y silencio para los viajeros. Alcanzar Merzouga es asomarse a Erg Chebbi, una enorme expansión de dunas de arena. Al oeste nos sorprende Dayet Srji, un lago salado seco en verano, pero que al recibir agua recibe también huéspedes de infinidad de especies de aves migratorias. 

Un viaje personalizado por este bello destino te descubre maravillas que no esperabas encontrar con las comodidades que supone elegir la duración, el momento, los alojamientos y los lugares que quieres visitar.