La riqueza de este destino es tan vasta que no se puede abarcar de una vez, pero no hay un solo viajero que vuelva indiferente respecto a su magia. Tierra de sabiduría ancestral, acogedora, tolerante, espiritual y colorida, no hay rincón ni escenario que no quede marcado en tu memoria en una experiencia personalizada a tu ritmo y de tu absoluta elección.

Este país, cuna del hinduismo, el budismo y el jainismo, alberga una variedad enorme de atractivos para el viajero, ha sido colonia inglesa durante mucho tiempo, dejando huella en la arquitectura, costumbres y deportes como el polo. Pero más allá de su etapa británica y sus vestigios, la India es una amalgama de religiones, costumbres, tradiciones, valores y gastronomía de las más ricas del mundo.

Tanto si tu viaje se desarrolla por Rajastán y sus fascinantes palacios de Maharajás, por las exóticas playas de Goa, Karni Mata o Jaisalmer en el norte del país , Benarés, el río Ganges… como si eliges rutas menos transitadas donde el turismo es más escaso y por tanto más exclusivo, no te vas a equivocar. Atrévete con Ladakh, los Himalayas indios y sus territorios salvajes, la exuberante Orissa, Chhattisgarh con sus cataratas y ruinas, la colina Arunachala, senderismo en Nagaland o una visita a los Templos de Khajuraho. Tu viaje no puede menos que ser exclusivo.